La comisión electoral designada por la junta militar de Myanmar anunció este martes la disolución de la Liga Nacional por la Democracia (LND), partido político liderado por la Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi, por desacatar una nueva legislación, según informó la televisión estatal.
La LND, que se impuso con contundencia a los partidos promilitares en las elecciones legislativas de 2015 y 2020, tendrá “su registro de partido político cancelado automáticamente” a partir del miércoles, por no haberse inscrito según los nuevos requisitos, precisó la cadena MRTV.
Esta formación política es una de las 40 organizaciones con fines electorales que fueron disueltas por no se registrarse de cara a los comicios que pretende organizar la junta castrense, en una fecha no precisada.
En enero, la junta militar publicó una nueva ley electoral con estrictos requisitos para que los partidos pudieran registrarse a los sufragios y les dio un plazo de dos meses para cumplirlos.
La Comisión Electoral publicó un comunicado con la lista, que recoge el diario oficialista The Global New Light of Myanmar, de los partidos que “no aplicaron dentro del período especificado” y por lo tanto “han sido cancelados (…) y han sido disueltos”.
El partido de Suu Kyi, que cumple 33 años de condena por varios delitos presentados tras la toma de poder de los militares, ya había declarado previamente su intención de no registrarse a los comicios para evitar legitimar estas votaciones orquestadas por los militares.
Algunos líderes en el exilio habían pedido previamente que el partido no volviera a registrarse bajo las nuevas reglas .
Estados Unidos y organizaciones garantes de los derechos humanos también han denunciado que una votación organizada por la junta no será libre ni justa.
“Es indignante e inaceptable que el ejército de Myanmar haya designado una ‘comisión electoral’ que ordene la disolución del partido de Suu Kyi. Esto demuestra la intención real de la llamada ley de partidos políticos de la junta” por la cual se tenían que registrar las formaciones, denunció Phil Robertson, subdirector para Asia de la ONG Human Rights Watch.