A 40 años del hundimiento del crucero, que costó la vida de 323 marinos argentinos, Héctor Jofré recordó este ataque británico del 2 de mayo de 1982 y agradeció al Cristo “porque puso su manto sobre todo el Regimiento 25 que estuvimos defendiendo las Islas Malvinas”.
Jofré llegó a la localidad en un día de memoria y fe. “Volver a visitar la Villa de la Quebrada, después de dos años de pandemia, es una alegría inmensa. Dios nos ha favorecido con este día espectacular”, expresó el veterano de Malvinas, que subió el Calvario desplegando la bandera Argentina como símbolo para recordar a nuestros héroes.
“Malvinas es parte de mi vida, la llevo tatuada en el corazón. Llevo la bandera porque me gusta mostrarla; tengo el honor y orgullo de haber pertenecido a esa gesta que quedará por la eternidad”, dijo emocionado, mientras rememoraba que el sentimiento de entrega y devoción al Santo de la Villa de la Quebrada es una herencia familiar: “Mi padre era muy creyente y toda mi familia. Vengo a agradecer al Cristo que nos bendice con su gloria”.
Por último, rodeado de su familia y amigos, saludó especialmente a sus compañeros Veteranos de Guerra.
