Desde que Qatar consiguió los derechos de organización del Mundial de la FIFA el 2 de diciembre de 2010, se construyeron siete nuevos estadios, un nuevo aeropuerto, carreteras, sistemas de transporte público y hoteles para el correcto desarrollo de la copa futbolística más importante.
Sin embargo, el medio británico The Guardian realizó un informe donde se da a conocer que, desde 2010 hasta el día de hoy, fueron más de 6.500 los obreros inmigrantes que fallecieron trabajando en los proyectos anteriormente mencionados.
Dicho dato fue extraído a partir de los reportes de cada uno de los países donde proviene el grueso de los fallecidos. India, Bangladesh, Nepal y Sri Lanka revelaron que hubo 5.927 muertes de trabajadores desde 2011 hasta 2020, mientras que la embajada de Pakistán en Qatar informó de otras 824. Si bien se cree que la cifra es mayor, puesto que se desconoce los reportes de países como Filipinas y Kenia, en promedio habrían muerto un total de doce obreros por semana desde 2010.
A su vez, en el informe del periódico se detalla que la mayoría de esas muertes se dieron por «causas naturales» como insuficiencia cardíaca o respiratoria aguda, pero que tales rótulos se realizan sin autopsia previa ni explicaciones médicas legítimas.
Si bien existen entidades que piden el esclarecimiento de la situación, en el artículo, un vocero del Gobierno qatarí afirmó: «La tasa de mortalidad entre estas comunidades está dentro del rango esperado por el tamaño y la demografía de la población. Sin embargo, cada vida perdida es una tragedia y no se escatiman esfuerzos para tratar de evitar cada muerte en nuestro país».
